Si al empezar a charlar con una mujer, las primeras palabras que utiliza son adjetivos para definirse, sabemos que estamos en frente de alguien que se conoce bien a sí misma.
En el caso de Olga, damos fe de ello, porque desde que la conocemos nos ha compartido algunos de los “trabajos” que se hace a ella misma. El eneagrama es uno de los que menciona en el Podcast, pero el otro día nos compartió un mantra que usa a forma de meditación diaria para embriagarse de energía positiva.
Genuina, divertida y auténtica
Energía positiva no le falta, y su generosidad es tal, que siempre que se conecta la comparte con nosotras. Genuina, divertida, auténtica… dudó un momento si su historia era “lo bastante buena” para ser contada en este podcast, pero tal y como le he comentado, ¡sin dudarlo! Por lo auténtica que es.
El amor a su hija Inés
Una mujer, con una trabajo frenético, que se ve forzada a parar por lo único que podía pararla, el amor a su hija Inés, amor que no solo la para y la aleja del mundo ejecutivo que conocía y que le gustaba sino que le hace replantearse todo y volver a empezar: en Valencia, como madre, y con aire fresco.
Club de escritura creativa
Olga habla rápido, y al escucharla se nota la velocidad a la que le van los pensamientos. Pensamientos en su mayoría positivos y valiosos que han brindado a la Tribu grandes aciertos como el Club de Escritura Creativa, al que puedes unirte a través de WhattsApp en el siguiente enlace: unirme al grupo de Escritura creativa
El “Lado B”
Me gusta Olga porque con su dinamismo y su autenticidad, no duda un segundo en confesar su “Lado B” el que tenemos todas, y que a menudo cuesta identificar y mucho más aún confesar, y que en su lado es ser “Volcánica”, “Explosiva”, siempre por eso dispuesta a rectificar y pedir perdón.
Perdón. La Culpabilidad es uno de los lastres que tenemos las mujeres que estamos en casa, y que hacemos un trabajo MUY DURO sin estar remunerado. La falta de reconocimiento en el mundo de los cuidados, y la falta de visibilidad que se da a las mujeres que están en casa, provoca que muchas se sientan culpables de no tener un sueldo y sentirse “productivas”.
¿Quién marca los valores en esta sociedad?
¿En qué lugar andan los valores que de verdad importan?
