Conocimos a Patricia en el encuentro de septiembre, y al presentarnos nos dejó a todas con la boca abierta. Mujer, madre y colombiana, en menos de cinco minutos nos había puesto al día en algo que al menos yo desconocía, y es la situación con el pandillismo y el sicariato en Colombia.
Al escuchar toda la historia y el cómo la relata te das cuenta de que Patricia podría darnos no uno sino 5 podcasts. Es mucho lo que puede aportar.
Me gusta escuchar a las psicólogas, porque siempre tienen un matiz distinto cuando hablan de ellas. Me pasó algo similar escuchando a Cory, que igualmente a Patricia es psicóloga y mujer emigrada.
Irte de tu país, de tu tierra, de tu familia, de tu gente, sin duda puede ser sencillo. Pero no poderte quedar es aún más complicado.
No podemos decir que Patricia tenga una visión muy positiva de lo que ella ha vivido en Colombia, y cree que los problemas que hay no se van a solucionar, porque son estructurales.
Más allá de la corrupción o de los temas políticos que nos cuenta, me impresiona la forma rotunda en la que Patricia confiesa que no echa de menos Colombia, porque en España vive más tranquila.
La historia de Patricia, igual que muchas otras de las que escuchamos por la Tribu, se trata de una historia de superación, de reinventarse sin tener siempre las mejores condiciones para hacerlo. Se trata de una mujer que aborda de la mejor forma que se puede la situación que le toca vivir y que al menos a mi me hubiera quitado el sueño (como mínimo)
Desgraciadamente antes de acabar de charlar me tengo que ir corriendo a buscar a Victor, mi hijo pequeño, y no me da tiempo a anotar las tres palabras que le pido que use para definirse.
Cuando llego al cole, y veo a los niños saliendo felices e inocentes, dedico unos minutos a pensar en los niños de los sicariatos. Niños de la edad de Victor, enganchados a las drogas, que las mafias utilizan para asesinar a gente.
Una vez más me doy cuenta de lo distinta que es tu vida según el lugar en el que hayas nacido. Y una vez más agradezco a la vida que me deje conocer y escuchar a mujeres tan valientes, luchadoras, inconformistas y resilientes como Patricia, porque mientras haya mujeres como ella, aún hay esperanzas que el mundo sea un lugar mejor.
¡Gracias Patricia!
